domingo, 8 de abril de 2007

Mi respuesta a la critica de "300"

Acabo de recibir esto, por parte de un cliente que tiene una gran conciencia social, bueno el escrito es de un tal Alfredo H. Nieto.


La cinta de Zack Snynder “300” (EU, 2006), es de género fantástico y se basa en una novela gráfica del aclamado Frank Miller (creador de “Sin City”, 2001, hecha filme en 2005), la cual a su vez está inspirada en la película “El León de Esparta” de Rudolph Maté (EU, 1962), quien retomó los conocidos relatos cuasi mitológicos del griego Herodoto, sobre un supuesto acontecimiento histórico en aquel capítulo de heroicidad espartana, cuando éstos enfrentaron a los persas hace 2500 años aproximadamente. Sin embargo, la deformación de la anécdota original que relata como unos trescientos soldados de Esparta enfrentaron a un ejército de miles del reino de Persia, cuando fueron guiados en una trampa logística llamada Termópilas, esos desfiladeros estratégicos usados como barricada mortal. Ha sido tal la modificación generacional, que pareciera el juego famoso del teléfono descompuesto, por sus exageraciones versión tras versión.

En cuanto al rigor cinematográfico de “300” segundo largometraje de Zack Snyder (“El amanecer de los muertos”, 2004), la película empalaga por su abrumadora falta de originalidad, -el director es sólo la maquila de todo este negocio mercadofílmico. Por un lado, la visualidad estética de cámara lenta –estilo mátrix- sólo busca artificios injustificados para distraer la falta de creatividad, donde editor y fotógrafo se regodean con imágenes pictóricas harto estáticas. En realidad lo único que parece tener cierto valor artístico es la plástica cibernética, el problema es que sus encuadres, retoques y maquillajes digitales, al utilizarlos de manera excesiva y exagerada, hacen de la cinta un espectáculo impactante, pero lento y aburrido. En todo momento da la impresión de que ya vimos lo mismo durante toda la película. A pesar de contar con recursos tecnológicos muy avanzados, la película piratea todo el tiempo secuencias de múltiples rodajes, por ejemplo de la excelsa “Gladiador” de Ridley Scott (EU, 2002), plagia escenas, ambientes, fotografía, -incluso retoma el tema original, también roba de “Corazón Valiente” (Mel Gibson, EU, 2000), donde casi calca todos los planos de batalla cuerpo a cuerpo, los personajes y sus gestos, sólo que en “300” son sumamente acartonados y llanos, las acciones son más previsibles que una lluvia en verano. Tiene visos de “Alejandro Magno” (Oliver Stone, EU, 2004), por su triunfalismo sintético e insípido. También le debe al churro “Troya” de (Wolfgang Petersen, EU, 2004) en cuanto al manejo de los extras digitalizados, sin embargo son imitaciones burdas con recursos poco verosímiles, y consecuencias desastrozas, porque peor aun se fusila ideas del cine épico precristiano y la fantasía trolleana arcanofutura, por sus monstruos, gigantes, y zoología mítica.

Todo ello se configura en una mezcla con resultados francamente patéticos. Ni siquiera existe una banda sonora propia, su fotografía son stills preparados y montajes sobre el comic de Miller, y las secuencias de acción son de tal manera artificiosas como primitivamente manipuladas. Se nota a un kilómetro el apunte megafónico, como si el director fuera un personaje más que va indicando cuadro por cuadro, escena por escena. Por ejemplo, cuando arrojan al pozo a uno de los mensajeros de Xerxes, emperador de Persia, cuando paso por paso, el enviado hombre de color se acerca solito a su matadero, hasta que el rey Leónidas (Gerard Butler) de un puntapié diez-minutos-antes-cantado lo avienta. Todos nos damos cuenta de lo que viene, los diálogos son puros lugares comunes, choteados y más solemnes que un cura en misa de mediodía, en el guión del mismo Snyder, Johnstad y Gordon. Las actuaciones son deficientes, huecas, las caracterizaciones de los protagonistas rayan entre el Play Station 3, y el realismo sepia marrón al óleo, por su grado de caricaturización. Pero al parecer es un efecto involuntario porque no produce giros innovadores que le otorguen personalidad.

En fin, entre que es epopeya histórica o fantasía de mitología griega, “300” está concebida por muchos intereses militares y políticos de Estados Unidos porque contiene referencias metafóricas, implícitas o explícitas sobre los planes beligerantes de los Estados Unidos. Es una propaganda en cine porque contiene una marcada inclinación triunfalista, en todo momento hay una exaltación de mensajes concretos de la victoria racial, económica, social, intelectual y cultural, sobre las hordas barbáricas –retratadas como seres deformes, depravados, incultos, negros, lésbicos, enajenados e idiotas por no poder derrotar a un puñado de blancos wasp (white anglo-saxon protestant). Situación que a todas luces está totalmente desorbitada de la más mínima realidad.

En esta historia los discípulos de Licurgo son descritos como lo más correcto políticamente del mundo occidental, como si tuviesen los valores anglosajones de nuestra sociedad actual. Pero la dosis de moralina inserta, sólo colabora para desfigurar un hecho contado por los historiadores herodotistas, ya que se los presenta como monoteístas sabiendo que veneraban a muchos dioses, divinidades y aún a los héroes. Tampoco eran monógamos, ni eran inspirados por la belleza anoréxica de nuestros días (hay una escena donde el oráculo es “la mujer más bella de Esparta”, -en típica fisonomía “ideal” de hoy) y tampoco eran una sociedad de ciudadanos libres y democráticos, sino todo lo contrario. En general, la cinta abusa de símbolos y códigos contemporáneos injertos en un contexto antiguo, con la pérfida finalidad de dogmatizar a los norteamericanos, aliados y demás secuaces, en pro de enlistar conciencias hacia una enésima incursión contra otra nación del tercer mundo, como lo es Irán –coincidentemente los persas de hoy.

En resumidas cuentas, el mensaje oculto e inconsciente que Hollywood trata de enviar a su cautivos admiradores por medio de este filme, es que la lucha es sagrada y justificable, aunque sea mediante recursos irrisorios o fatuos, por ejemplo en la escena de la esposa del rey Leonidas, donde exhorta a los espartanos, griegos y aliados de sus ideologías a mantener la guerra en nombre de la libertad y la civilización, un discurso para reforzar a los soldados con mayor sangre, a sabiendas de los desastrosos resultados. ¿Analogías de Irak?

Amén de los ¿casuales? paralelismos con Irán, tanto que ya lo detectó abiertamente el periódico iraní Ayandeh-No: que Estados Unidos está predisponiendo -con una sugestiva e insinuante cinta- al mundo occidental para una invasión contra Irán –moderno imperio persa. Y razones de peso no faltan, ya que el argumento que maneja Snyder intrínsecamente, es que los hombres judeocristianos, occidentales y libres deben salir siempre victoriosos en nombre de la libertad y “porque así lo quiere Dios”, por lo tanto en los grandes conflictos bélicos contra el Oriente cosmoteísa, oscuro, bárbaro y sanguinario, el triunfo será de un puñado de mártires que harán prevalecer la sabiduría al legado de la humanidad. No en balde utiliza como prototipos a los griegos en su acontecimiento estratagémico más admirado por la historia militar.


Por todo ello, “300”, superproducción “nada espartana” de la Warner Bros., ha producido quizás el panegírico propagandístico más grande jamás contado desde “El nacimiento de una nación” (David W. Griffith, EU, 1915), cuando se dio pié para exaltar el nacionalismo racista, supremacista y visceral, mediante este vehículo de las masas complacientes y silenciosas. Lástima que en esta ocasión, los hiperactivos jolivudianos se monten sobre la tergiversación de la historia más ruin, vergonzante y maquiavélica, para introducir en la colectiva inconsciente sus idearios políticos, que sólo impulsarán más y más al auditorio cautivo, al cadalso de una guerra-incursión que hará ver a Irak como un conflicto cachorro del cual todavía los agresores anglos no han podido sacar una tenaza.

Ojala que las ficciones pudiesen volverse realidad, pero en sentido opuesto, y que los verdaderos espartanos del mundo, con ese puñadito de guerreros poco armados, como lo son las naciones anémicas del Tercer Mundo, arrinconaran a la bestia de las mil cabezas (EU y sus tapaderas), en un Termópilas de sensatez, de sabiduría griega que pudiera iluminar un poquito arremedando al mismo Herodoto de Halicarnaso: “Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba”.


Yo les escribí a el y a todos los que recibieron ese correo:

A 300 se le acusa de ser una herramienta propagandística de los Estados Unidos contra Iran y que apoya la invasión a Irak, veamos como esto es una bonita falacia de gente a la que le gusta verle 3 pies al gato.

¿Como es posible que la maquina de dinero que es Hollywood se puso de acuerdo con el gobierno para alinear su guión, diálogos y tema con los requerimientos de la administración Bush?

Estamos hablando de una conspiración de esas fantásticas que aparecen cada que algo o alguien la hace en grande, contra todo el mundo, donde hay lazos entre todos los creativos que participaron en la película y quizás, ¿que les gusta?, la CIA? el FBI? siii, debe ser por todo el apoyo que Bush y su banda tienen en EUA hoy en dia que Hollywood dijo "vamos a producir algo que el 80% de la población encontrará ofensivo haciendo una declaración directa de que nos gusta lo que hacen Bush y pandilla" "siiii, quien quiere ese mercado para su película, cuando nos podemos conformar con el trozo de población que todavía apoya la guerra(20% según las últimas encuestas)".

Como ven el argumento de la alineación de la película con el interés de la guerra, es absurdo porque no cumple la condición principal de los hacedores de magia, darles dinero agradando al público.

La trama es obvia que exalta los valores del honor y la libertad, bla bla bla, eso siempre les ha gustado a los americanos, la trama no es de un montón de griegos-gringos conquistando que por pura ambición atacan un pequeño país lleno de recursos muy valiosos(petroleo), la trama casi peca de obviedad, unos weyes a los que les encantan los madrazos deciden que ningún grandulón va a venir a bandalear su casa, además de ser un pretexto para lucir gráficos a lo pendejo.

La razón para hacer una película es algo mucho mas simple de lo que los creadores de conspiraciones creen: dinero. “ la explicación mas sencilla es la mas probable”

Hollywood así piensa: Sin City era una novela gráfica, la hicimos película y vendió entradas como loca, ¡hagamos otra! ya trabajamos con este sujeto (Zack Snyder) hagámoslo de nuevo, no están haciendo propaganda política, están haciendo negocios. Los inversionistas no quieren arriesgar su dinero haciéndole caso a un gobierno que nadie quiere, quieren un producto que se venda.

No habrían hecho una película que dijera "Bush está bien eh" porque los americanos hace algún rato que le perdieron respeto a la guerra de Irak y a los conservadores.

"Pero, que hay del valor creativo de la película, se fusila a un buen de películas de guerra anteriores, sus trucos de cámara están trilladísimos, a ver que tienes que decir al respecto. Yo digo, Si quieres arte y valor creativo, ve cine Europeo, es como si criticáramos a las galletas de animalitos porque carecen de la complejidad del sabor de un pastelillo austriaco de autor.


Hay gente que necesita aprender que pagar 50 pesos para entrar al cine no equivale a un derecho irrefutable a recibir algo de calidad.