- Pobres miserables, arrastrándose todo el día sobre su cola sin patas.
- Lo sé querida, tenemos que ser generosos con los que menos tienen, no olvidemos dejar propina
(Al irse dejan el esqueleto de un pescado con la cabeza intacta)
- Somos tan buenos, godocleto.
- Lo se godoclina.
Entre piedras pintadas de pasto y el sol suave del verano polar las parejas de pingüinos tienen pláticas similares, siempre finísimas
Cuando llega la hora de que se ponga el sol, los pingüinos muestran sus verdadera naturaleza y vuelan hacia el último de rayo verde antes de perderse en la noche con la espalda fundiéndose en la penumbra Negra y la panza con la blanca suavidad del suelo.